El morterense se había propuesto un desafío personal que era correr los 78 km Xtreme Race en Huerta Grande. Cuerpo, mente y compromiso estuvieron en sintonía y le permitió llegar a la meta

El morterense Jorge Caldera enfrentó una nueva experiencia en el trail running, donde puso a prueba sus habilidades físicas y mentales.

El fin de semana del 15, 16 y 17 de noviembre se enfrentó a la 10° edición del Xtreme Race en Huerta Grande, una de las competencias más esperadas del calendario del trail running, corriendo nada más ni nada menos que 78 kilómetros.

“Cumplí el sueño, mi misión, me siento más que satisfecho”, resumió el morterense que el año pasado ya había participado pero en los 54km.

La Xtreme Race es una carrera pedestre o trail running por caminos de tierra, ripio, arroyos, senderos de montaña con bajadas muy técnicas, subidas empinadas y senderos agrestes. El corredor transita mayoritariamente por tramos fuera de rutas, donde debe sortear todo tipo de obstáculos naturales como cañadones, sectores con piedras y terreno desparejo, cortes, zanjas, grietas, etc. Se desarrolla en la modalidad individual.

A su vez, dentro de los elementos obligatorios que debieron llevar los corredores, figuran la remera oficial, lucir el dorsal y el chip, mochila o chaleco hidrante, rompeviento, linterna frontal y botiquín de primeros auxilios.

Jorge tiene 58 años, jugó al fútbol y hace años se dedica al running. Siempre le gustó el fútbol pero se rompió el menisco y tuvo que dejar y empezó a hacer running, arrancó con 17km, pero tenía un desafío mayor y lo cumplió: “Era mi sueño, mi misión, me siento más que satisfecho, disfruté muchísimo”, sostuvo Jorge, más conocido por todos en Morteros como “Katunga” o “el Katu”.

Había tenido una experiencia el año pasado en los 54km donde le puso poco más de 11 hs. para hacer el total del recorrido, pero se puso un nuevo objetivo para este año: los 78km, que cumplió. Fueron 15 hs. para llegar a la meta, donde lo esperaba la familia, emocionada como él.

Para esta edición, el 1 de junio se empezó a preparar. Corrió en La Cumbrecita los 35 km como parte de esta preparación. Hizo 794 km desde junio hasta la competencia en Huerta Grande, pero claro, en otros paisajes, en otros terrenos, distintos.

“Un mes antes de la carrera, en la semana tenía que hacer 10% más de los km de la carrera, o sea que hacia 80 km por semana, correr y caminar, pero si sumar los kilómetros”, señaló.

Su primera participación le dejó algunos aprendizajes. El calzado, un tema fundamental. “La otra vez tuve inconvenientes, se me rompieron las zapatillas y perdí las 10 uñas”, recuerda el morterense que para este año utilizó un calzado más acorde a la competencia. Además, incorporó los bastones que le ayudaron mucho más. “Una posición erguida, te da equilibrio y ayuda a bajar y subir”, manifestó.

“Fui tratando de copiar a los demás e ir incorporando cosas”, destacó Katuga.

“No corría en la subida, si en la bajada porque si no, no tenía resto, tuve que trabajar mucho en el gimnasio para esta carrera”, reflexionó Caldera sobre la estrategia utilizada para alcanzar el objetivo.

La carrera tenía siete puestos de hidratación, pero en la mochila cada corredor llevaba cereal, antiinflamatorio, gel hidratante, y en los puestos había cosas dulces y saladas.

Otro de los objetivos cumplidos por “Katu” fue que pudo correr con su hijo. Juan corrió por primera vez los 17 km y la idea, en la próxima, es sumar a su esposa Sandra.

Sin duda una aventura deportiva que no solo refleja la resistencia física sino también su pasión por superar límites y donde se pone a prueba lo mental

“La cabeza no arranca el día de la carrera, desde que dije que iba a correr, es mentalizarse para entrenar, no hay cansancio, llueve o truene, esta carrera la corrí 20 veces en mi cabeza”, reconoció.

“Largas y confias en tu entrenamiento los primeros 30km – 40km, después tenés que usar la cabeza y los últimos 7 km aparece el corazón, no hay piernas y cabeza”, reflexionó.